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dissabte, 29 de juny del 2013

NUNCA SEREMOS PERFECTOS

Capítulo 7-Axel- Es un deber que otros aprendan


-          ¿Cómo has dejado que esa tal Melanie te pegase? Yo no la hubiese cogido del cuello sólo, yo es que a esa la mataba, tío- me dice Paula, poniendo una cara de asesina un tanto graciosa.
-          Ese tipo de personas no se merecen ni eso. No quiero desperdiciar mi tiempo con la niñata esa.
Y es verdad. No la quiero volver a ver en mi vida. No quiero pegarle, no quiero insultarle, no quiero mirarla, no quiero que viva en la misma ciudad que yo. Simplemente quiero que desaparezca de este mundo.
-          Eres demasiado bueno a veces. Yo a la tía esa no le dejaba ni un pelo en la cabeza. ¿Has visto cómo te ha dejado la oreja la zorra?
-          Ya no me duele tanto, aunque me ha ido bastante bien que nos saltásemos las clases de después del recreo. Aunque, con sangre o sin, nos la hubiésemos saltado igual.
-          Ya ves. ¿Cómo puede soportar la gente estar allí encerrada pudiendo estar libre aquí?
-          Ni idea. Son todos unos frikis.
Me acomodo en el banco en el que estamos sentados. Paula, a mi derecha, le da otra calada a su cigarro. Como la envidio. Sus padres les compran tabaco y mis padres si se enteraran de que fumo  me meterían en un reformatorio. Menos mal que ella me entiende y los comparte.
-          ¿Le puedo dar una calada?
-          Claro.- Y me pasa el cigarro.
-          Gracias.- Le doy un par de caladas y se lo devuelvo.
-          Pues yo de ti le daba un buen escarmiento a la Melanie esa- vuelve a decir.
Otra vez con ese temita. ¿No le ha quedado claro ya que no la quiero ni ver? Aunque sea para pegarle, me da igual, no y punto. No. Quiero. Verla. En. Mi. Vida.
-          Deja a la gilipollas esa ya. Ya se las verá más adelante como vaya tan chulita por la vida.
-          Sí, que para chulos ya estamos nosotros. Pero… ¿seguro que no quieres?
-          Que no, pesada.- Y acompaño la frase con una sonrisa, para que no suene tan borde, aunque en realidad sí que quiero que deje de hablar de ese tema.
-          Es que estoy deseando pegarle. Te ha dejado la oreja hecha una mierda. ¿Crees que si no hacemos algo no te lo va a volver a hacer? No, te lo volverá a hacer si a ella le da la gana. Tiene que aprender. Compréndelo, Axel, es por su bien.- Una sonrisa de complicidad le aparece en la cara.
-          Vale, si te quedas más tranquila así, le pegaremos. ¿Mañana te va bien?
-          No puedo, he quedado con Jonah para pegar a Marcos-contesta, decepcionada- Es broma. –Vuelve a sonreír.- Hace mucho que no pego al pobre chaval. Bueno, pues eso, mañana quedamos para pegar a la tonta esa.
-          Sí, pero mejor cuando salgamos del instituto, porque a la hora del patio los profesores no van a dejarnos en paz. Si estamos en la calle podemos pegarla durante horas si te parece bien.
-          Me parece genial. ¿Me acompañas a comprarme otro paquete?- sugiere, zarandeando la bolsa de tabaco vacía
-          Claro, vamos.

Pero cuando vamos a levantarnos del banco, veo como una sombra humana desaparecer tras la esquina del edificio que tenemos en frente. Corro para ver quién es el cotilla que ha estado escuchándonos, pero cuando llego ya ha desaparecido.

3 comentaris:

  1. Esta muy bien me ha gustado mucho:)
    Mil y un besos te sigo ;) xoxo

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  2. Me alegra mucho que te haya gustado:D Gracias y muchos besoos:)

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  3. En serio, qué mal me cae Paula. ¿Quién sera el/la "cotilla"? Sea quien sea, espero que avise a Melanie.
    Me encanta la historia.

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